exposición | Tránsitos. Los territorios de la realidad / 2007



Tránsitos. Los territorios de la realidad 

Es una propuesta expositiva de arte contemporáneo de los artistas canarios, Pedro Déniz, Domingo Díaz y José Luis Luzardo, expresada visualmente mediante instalaciones, fotografías, vídeos y esculturas, mismos que comparten desde diferentes lenguajes y perspectivas territorios comunes de compromiso y utopía.

Las Islas Canarias, territorio ultraperiférico de España y Europa, pero con  coordenadas africanas es un punto de enlace y grandes cruces en el Atlántico, donde se generan nuevos hibridismos culturales y una gran dispersión de la concentración entendida como Europa.

Orlando Britto, uno de los comisarios del proyecto, nos dice sobre el concepto general de la muestra: El título o enunciado de este proyecto pretende incidir sobre dos cuestiones para nosotros fundamentales: por un lado cuestionar el concepto monolítico y monodireccional de realidad que intenta imponer la cultura “dominante” occidental, y por otro lado revindicar el sentido más positivo del movimiento como tránsito continuo hacia una realidad o realidades generadas sobre los principios y derechos más elementales de igualdad y justicia.

Así, la Galería Metropolitana –nos dice César Martínez, co-curador del proyecto- acoge a tres artistas que sirven como puertas de entrada a un sitio del que pocas veces se dice pero que forma también grandes saltos a los límites y bordes (…) El transito transitorio es transparente pero también es eclipsado por la preponderancia de lo grande, y en esta muestra queremos dejar ver un lado que quizás ni siquiera resulta desconocido sino insospechado. Establecer un contacto con esta parte lejana ultraperiférica implica derribar un muro invisible: el del desconocimiento y lo desconocido, un limbo político-geográfico matizado por lo que se sabe y se conoce que es Europa, pero cuyos bordes y límites también pueden expresar una gran diversidad y que con esta muestra pretendemos matizar. Lo ultraperiférico es un lugar que tiene una presencia y que viaja desde muy lejos para estar aquí, en México D.F., y que desde su sitio nos muestra una gran apreciación desconocida y que la Galería Metropolitana aposenta esta proApuesta para realizar un intercambio de vivencias insólitas con artistas que provienen de un archipiélago del que no se sabe mucho en nuestro país.

Domingo, Pedro y José Luis son creadores con propuestas de enorme intensidad conceptual y visual, que comunican una forma particular de entender el mundo y la realidad, y cuyos  proyectos hacen visible la convicción de que esa realidad no puede ser comprendida y asumida sino se incluye el conocimiento generado desde las periferias.


Fragmento del articulo
Desde el ombligo de la luna: entre el cuerpo físico-carnal y el cuerpo político-social.
M. Nieves Cáceres. México DF,  a diez de diciembre de 2007 

(...) 
      Con la apreciación de vincular el cuerpo a una re-presentación continua es que tocamos su lado político-social con la exposición Tránsitos, de los artistas Domingo Díaz, José L. Luzardo y Pedro Déniz; donde el cuerpo se ejercita en lo social, marcado por las diferencias de género/sexo, la posición social y/o la raza, entroncando lo biológico y lo cultural como el eje responsable de las diferencias humanas. La corporeidad común que define este proyecto son los procesos migratorios, generándonos preguntas sobre los cuerpos migrantes en tránsito. Si veníamos hablando de cuerpos de carne y hueso, ahora también se nos suma la palabra social-cultural, como la gran dadora de realidades diversas.
          
       Dice Lucía Melgar, comentando la publicación Bajo el Tacaná de Isabel Vericat, que en la era contradictoria del libre mercado y de la seguridad nacional, las fronteras se fortifican, como sucede con la frontera que une y desune a México y Estados Unidos, mientras que los cuerpos, en cambio, se van desgastando en la marcha, se secan y desecan en el desierto, se hunden e hinchan en los ríos. Que el cuerpo se cansa, sufre, sangra en los caminos de la migración, en los vericuetos del exilio forzado por la miseria, por la necesidad y los sueños de una vida mejor; destacando la voz narrativa de Bajo el Tacaná en la afirmación: “Los cuerpos, no las fronteras, son puntos vulnerables.” Y es en el hábito corporal: desde una lengua sedienta, unos ojos que nos interrogan y una herida que sangra, donde confluye, como elemento aglutinador, la diversidad creativa de estos artistas. Sobra decir que esta realidad no deja de resultarnos familiar, diferenciada sólo por el paisaje oceánico, la procedencia territorial y el color de la piel, lo cual nos puede hacer pensar que el costo de la libertad humana no es el mismo estando en una piel que en otra, o proviniendo de un lugar u otro del mundo. ¡Vasto campo este de la epidermis!, del ir hacia… de estar en medio, de cruzar fronteras… En el que cabría agarrarse al legado que nos brinda el feminismo, en tanto la vida privada, personal y cotidiana constituye un componente político esencial. Efectivamente, ante una realidad tan sangrante ¡lo personal es político!